El miedo te atenaza, hace subir el tono de tu voz, tiemblas y olvidas la dialectica; simplemente trasforma una persona inteligente, culta y preparada en un guiñapo tirada a los pies de lo que la quiera atropeyar, ya sea una mala circunstancia económica, un contratiempo trivial, una votación escolar... Simplemente no puedes gestionar los acontecimientos y dejas que pasen una y otra vez. A veces en forma de cajera de supermercado, vecino molesto, empleado de banco, tu misma familia... El miedo es el mal, ese mal con mayúscula, que algunos se empeñan en llamar demonio, diablo, Luzifer, maligno, Satanás. El miedo es el Mal.
Si el guión se hubiera escrito en Hollywood, el miedo estaría rondando toda la película, con ciertos astibos de mejoría de vez en cuando pero sin redención final hasta que la protagonista, en los últimos cinco minutos, tras mirar los ojos claros, limpios y confiados de los que quiere proteger, se levanta y librada de lo que hacía temblar su voz, es capaz de decir alto, claro y bien fuerte
- ¿Decis que haceis una buena gestión por dos fiestas y tres competiciones deportivas que casualmente siempre ganan los mismos? ¿Deféndeis que ocultar información para que sea patrimonio de unos pocos es decente?
¿Consentís procedimientos vejatorios e injustos y mirais hacia otro lado en la seguridad de que nunca ocurrirá con vosotros?
Tras unos segundos tensos de silencio, acompañados seguramente de una música muy apropiada, acompañando el primer plano de Julia Roberts sorprendida de su calma y seguridad
Despacio se va abriendo la cámara para dejar ver parte del auditorio extrañado, avergonzado, inquieto. Alguién se mueve en su silla, segundos de incertidumbre, dos asientos a la derecha se levanta una mujer y dice:
- Yo tampoco estoy deacuerdo- Suspira por lo que pueda pasar, pero hace un gesto de profundaconvicción, está en paz consigo misma.
Dos más, de la última fila se unen y tras ellos cinco más. Poco a poco el auditorio se pone en píe, son pocos y avergonzados los que se quedan en sus sillas, sintiéndo que lo hacen mal o convencidos de que su actitud es la buena.
La música se viene arriba, se ven sonrisa, el miedo ha huido con el rabo entre las piernas...
Si esto fuera Hollywood y yo Julia Roberts, la historia sería de otra manera
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